Jorge Luis Borges nació hace 118 años, el 24 de agosto de 1899, en la ciudad de Buenos Aires. El argentino representa, casi como ningún otro autor contemporáneo, la encarnación del verdadero escritor, entregado felizmente a la creación literaria hasta sus últimas consecuencias más allá de las ventas y el éxito.
También más allá de su posición política personal (tachada de derechista), de la injusticia de no haber recibido el Premio Nobel y aún a pesar de la progresiva ceguera que padeció los últimos 20 años de su existencia.
“Su obra, fundamental en la literatura y el pensamiento universal, además de objeto de minuciosos análisis y múltiples interpretaciones, trasciende cualquier clasificación y excluye todo tipo de dogmatismo”, dice de arranque su biografía en la enciclopedia libre de internet.
Leerlo será siempre una garantizada felicidad
Borges ha logrado unanimidad en cuanto a la importancia y el peso de su obra, pues guiado por una inteligencia y una curiosidad extraordinaria, su narrativa exploró caminos literarios inusitados y sorprendentes que siguen maravillando a los lectores.
Sus cuentos, publicados en los libros Historia universal de la infamia (1935), Ficciones que incluye El jardín de los senderos que se bifurcan y Artificios (1944), El Aleph (1949), El informe de Brodie (1970), El libro de arena (1975) y La memoria de Shakespeare (1983), representan sin duda un canon en el desarrollo de este género narrativo.
Sus poesías, publicadas en Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925), Cuaderno de San Martín (1929), El Hacedor (1960), Elogio de la sombra (1969), El oro de los tigres (1972), La rosa profunda (1975), La moneda de hierro (1976), La cifra (1981) y Los conjurados (1985), son auténticas lecciones de original y modernísima poética española.
Sus 10 libros de ensayos publicados entre 1925 y 1985, y la vastísima obra crítica que abarca casi 70 años de labor ininterrumpida, así como sus numerosas conferencias que son todavía rescatadas hoy en día, son referencia ineludible en el estudio no sólo de la literatura hispanoamericana, sino de la literatura universal (francesa, inglesa alemana, noruega, italiana, árabe y más).
Toda su obra es entonces un logro mayúsculo del frágil escritor que se describe a sí mismo los diez años advirtiendo que su pedagogía había sido inútil, “pues al ingresar en 1909 al cuarto grado de la escuela primaria, descubrí con temor que no me podía entender con mis condiscípulos”.
En casi todas sus fotos y entrevistas Borges parece siempre sonreír hacia adentro, un poco de todos y otro tanto de sí mismo. Dueño de un humor personal, único y cáustico, parece burlarse y a la vez padecer con sus congéneres las tribulaciones mundanas que los atormentan.
Borges murió en Ginebra, Suiza, en junio de 1986, poco antes de cumplir 87 años de vida; según testimonios de sus amigos cercanos y su viuda María Kodama, murió feliz.
El escritor dijo alguna vez que los libros son un pretexto para la felicidad. Así pues, leerlo será siempre una garantizada felicidad.
Nacido el 24 de agosto de 1899 bajo el signo de Leo, curiosamente su predicción para hoy vía horóscopo.net dice: “El arte de ser feliz está en sus manos amorosas, en sus relaciones amorosas y en su voluntad y poder de brindar amor desinteresado…”.