CUERNAVACA, MORELOS A 1 DE AGOSTO DEL 2017 (WDC).- Durante su segundo día de movilización, al arribar al poblado de Tres Marías, los convocantes a la Marcha por Morelos, Ramón Castro, Alejandro Vera, Javier Sicilia, Cuauhtémoc Blanco, Gerardo Becerra y Dagoberto Rivera, dieron a conocer que en la entidad la violencia e inseguridad están en el centro de la vida cotidiana y de la agenda política.
Acusando que las autoridades estatales, encabezadas por Graco Ramírez solo simulan su compromiso para con los morelenses, porque en los hechos prevalecen las desapariciones, secuestro, tortura, extorsión, ocupando la entidad los primeros lugares en delitos de alto impacto.
Indicaron que los habitantes viven con angustia e impotencia, el agravio de la corrupción de una autoridad que ha sido sorda y muda a sus demandas, padeciendo por los homicidios, secuestros, impunidad, asaltos y abusos de autoridad, donde además el crimen organizado y no, se apropia de manera impune del trabajo honesto de los que habitan Morelos, a través del cobro de piso, frenando pues el desarrollo del estado.
Ante esas graves situaciones es que la sociedad busca respuestas y se ve en la necesidad de tomar las calles para alzar la voz fuera de Morelos porque independientemente de que no han sido escuchados, se han vuelto invisibles para el actual gobierno perredista.
También hablaron del tema de las fosas clandestinas de Tetelcingo y Jojutla, donde los cuerpos son echados como basura sin los protocolos de ley, muestra pues de la impunidad, negligencia, descomposición social y barbarie, donde además la estrategia de seguridad, a través de la ahora Policía Morelos no funciona.
Y es que dijeron que las autoridades han comprado conciencias, permitiendo actos en los que los habitantes quedan desamparados, acciones que solo engordan los bolsillos de los políticos corruptos que venden al mejor postor la representación social, aprobando leyes en detrimento de la sociedad y de sus bienes.
Es por todo lo anterior que, cansados de no ser escuchados y atendidos, exigen la intervención del gobierno federal para restablecer el orden y la paz, para devolver a Morelos la tranquilidad, esperanza y bienestar, siendo pues que su paciencia está a punto de llegar al límite.
Enfatizando que la Marcha por Morelos no es un acto de desesperación, sino de confianza en las instituciones del Estado mexicano y para visibilizar lo que pasa en el estado.