CUERNAVACA, MORELOS A 10 DE AGOSTO DEL 2017.- (WDC).- Este día, el Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Morelos A.C. (CICEM) dio hizo entrega del dictamen sobre las causas por las que se generó un socavón en el Paso Express, a la altura de Chipitlán, el pasado 12 de julio y en el que perdieron la vida dos personas.
Respecto a lo sucedido pues, en el km 93+800, tercer carril izquierdo de la autopista México-Acapulco y de acuerdo a lo solicitado por las dependencias, determinado técnicamente en la observación, muestreo, estudios y recopilación de testimonios en lo relativo a topografía, hidrología e hidráulica, geotecnia, estructuras y vías terrestres, concluyó lo siguiente: En octubre del 2016 en la misma zona donde se presentó el socavón, hubo un deslave del terraplén derivado por las fuertes lluvias de la temporada y a los trabajos que se hacían en el Paso Express, provocando la caída de diversas estructuras que se alojaban sobre el talud del terraplén en cuestión, entre éstas el muro de mampostería de piedra que yacía encima de la alcantarilla, fragmentos de pavimento del acotamiento y parte del carril de baja del Cuerpo “B”. En ese entonces con los trabajos de recuperación del terraplén se aplicó carga estática y dinámica sobre el tubo de concreto de la alcantarilla, esto, debido a los movimientos de maquinaria pesada y al relleno realizado hasta el nivel de la superficie de rodamiento.
Asimismo, señala en su dictamen que durante el trabajo de construcción de los muros de contención y la estructura del pavimento, el tubo de concreto de la alcantarilla fue sometido de nueva cuenta a carga dinámica con el equipo de excavación y compactación.
Así pues, con la edificación del muro de contención que fue desplantado sobre el material de relleno arriba de la alcantarilla, se incrementaron de forma considerable las acciones gravitacionales, por lo que el tubo de concreto fue sometido a una carga adicional, esto, al subrayar que los muros de contención no se desplantaron sobre el terreno natural resistente.
Por lo anteriormente señalado y si se toma en consideración que la tubería tenía una antigüedad considerable, ésta se debilitó y provocó falta de continuidad en los acoplamientos y desplazamiento en su alineación, esto, al reconocer que si bien no se cuenta con evidencia que conste cuál de los factores fue la causa que originó la falla en la alcantarilla, uno o la combinación de estos fue el causante, siendo que con posterioridad se presentó una obstrucción parcial de la tubería con basura y elementos de arrastre.
El Colegio de Ingenieros Civiles manifiesta que por las condiciones de la tubería y las lluvias presentadas en junio pasado, dio pie a que se originara la salida del agua por las juntas de los tubos de la alcantarilla, lo que generó erosión interna en los materiales del terraplén que terminó por arrastrar parte de material de sustento de la zapata del muro de contención y del propio del terraplén.
Ello ocasionó oquedades de tamaño considerable, intentándose rellenar éstas con el vertido de concreto a fin de restituir el material erosionado.
Dicha acción se hizo con el objetivo de mantener el sustento de los muros de contención, sin que se concentraran en el origen del problema, que era reencauzar el flujo del agua por el interior de la alcantarilla.
Así pues, el relleno con concreto selló la zona visible desde aguas abajo, no alcanzando a rellenar completamente las oquedades; en ese procedimiento la alcantarilla siguió funcionando con las juntas abiertas.
Así las cosas, al presentar de nueva cuenta un nuevo evento de lluvia en julio, el grado de obstrucción de la tubería creció, reduciendo el caudal que era capaz de transitar por la alcantarilla, y pese a que no eran gastos que se pudieran considerar excesivos, la alcantarilla de nueva cuenta no fue capaz de conducirlo libremente, por lo que el flujo excedente fue expulsado hacia el exterior, lo que dio pie a que se ampliara la erosión.
Ante esa circunstancia el agua alcanzó nuevamente el material de relleno poco competente, y si a ello se le suma, el aumento de la presión del agua, dio como resultado que se rompieran las paredes del terreno, creando nuevos conductos de flujo y una erosión ampliada.
Hasta etapa, ya con el peso adicional del concreto, se debilitaron las paredes de la tubería y se incrementó la separación de las juntas entre los tubos, lo que originó el colapso de la tubería cuando cayó el concreto que había sido vertido inicialmente para dar sustento a la cimentación del muro de contención.
De nueva cuenta, las nuevas cavidades que se originaron por los flujos de agua se intentaron rellenar con concreto, en el mismo sentido que el primer intento, esto es, solo rellenando la parte visible sin verificar si dicho concreto rellenaba por completo las oquedades presentes, acción que aumentó el aplastamiento de la tubería ya de por sí fallada.
Por lo que los diferentes eventos de flujo fuera del conducto de la alcantarilla ocasionaron una galería de erosión de tamaño considerable que nunca se reforzó o estabilizó de forma adecuada, formando una caverna.
Por lo que ante esos hechos que le precedieron, con la lluvia de la noche del 11 de julio y la madrugada del 12 se formó un embalse con un tirante de 6.5 m, el agua acumulada que, al no fluir libremente, indujo un incremento en la presión interior de la alcantarilla, lo que generó la migración de flujo hacia afuera, en las zonas adyacentes, ampliando el tamaño de la galería.
Empero, debido a las altas velocidades internas se generó un arrastre de materiales tan grande que provocó una pérdida generalizada de sustento en las estructuras y el colapso del terraplén en la zona subyacente del socavón.
Así también refiere, que según un comunicado de prensa (425-17) de la CONAGUA ese día se tuvo una lámina de 54.5 mm, Io que generó un gasto que la alcantarilla tiene la capacidad para desalojar en condiciones normales, empero, no obstante el análisis de la capacidad de servicio del tubo de concreto de 1.52 m de diámetro de la alcantarilla, arrojó que el gasto que la tubería puede desalojar bajo las condiciones de seguridad dispuestas por dicha dependencia, está rebasado por el agua de la micro cuenca de la barranca “Santo Cristo”.
Refiriendo además que la noche del 4 de agosto de 2017 se halló la obstrucción del tubo de concreto a una distancia de 6 m del paño exterior del muro de contención del cuerpo ”B, donde se encontró una gran cantidad de basura y material de arrastre acumulado, debido a que el tubo presentaba un desacoplamiento que se sumó a su aplastamiento por la caída del concreto del primer vertido, así finalizó el dictamen emitido por el CICEM.