CIUDAD DE MÉXICO (Milenio).- Partida a la mitad, entre escombros, sin su torre y con cuarteaduras en lo que queda de su bóveda, quedó la capilla del siglo XVI dedicada a la Virgen de Guadalupe que está en lo alto del Santuario de Sacromonte en Amecameca, Estado de México.
El monumento, identificado como el templo de Gualupita, está cerrado al público porque no resistió el sismo del pasado 19 de septiembre. También padece el daño de los grafitis que han sido hechos en su parte exterior que quedó de pie.
Se pudieron rescatar algunas obras del enorme retablo bañado en oro de este inmueble dominico en ruinas que, a decir de Marcela González Salas, secretaria de Cultura del Estado de México, es uno de los más dañados de los 344 monumentos históricos que resultaron afectados con este movimiento telúrico.
En un recorrido con MILENIO, González Salas plantea que los primeros pobladores que se asentaron aquí, en el Cerro del Sacromonte, fueron los olmecas, xicalancas, xochtecas, quiyahuiztecas y cocolcas, quienes encontraron un manantial en la cima, donde construyeron un templo, al cual llamaron Chalchiumatlalal.
Relata que antes del arribo de los españoles, el antiguo poblado de Amecameca realizaba en este cerro, ubicado a 2 mil 570 metros de altura, sus rituales religiosos: hasta aquí traían sus ofrendas para asegurar las lluvias que les garantizara la fertilidad de sus tierras y una buena cosecha.
Durante la Colonia, los misioneros entendieron la importancia de este lugar, por lo que sobre el templo prehispánico levantaron el Santuario del Sacromonte con su capilla y la parroquia de La Asunción, entre 1553 y 1562.
Este recinto resulta muy importante para la feligresía, ya que cada año acude, durante el Miércoles de Ceniza, a venerar al Cristo Negro, una pieza que fue elaborada con caña de maíz, y que fue colocada en la cueva que sirvió de retiro de fray Martín de Valencia.
Esta imagen de bulto también se puede apreciar del lado de la capilla anexa a la parroquia de La Asunción; para la comunidad es una figura muy milagrosa.
Asegura la funcionaria, la restauración de este lugar llevará tiempo, pero que avanzarán lo más rápido posible, con la finalidad de que los devotos puedan acudir al santuario el próximo año.
No así el templo de la Gualupita, que es uno de los inmuebles más dañados del Santuario del Sacromonte: “La propuesta que tenemos para el Instituto Nacional de Antropología e Historia es que hay lugares que solo se quedarán como vestigios. Este recinto se quedará en ruinas, porque es prácticamente imposible restaurarlo”.
No obstante, subraya, hay lugares que sí se pueden rescatar, por lo que se van a preservar como testimonio de nuestra historia.
RESTAURAR, LA PRIORIDAD
En lo referente al recuento de los daños al patrimonio histórico, González Salas dice que se continúa con la evaluación de daños, pero que hasta el momento hay 344 monumentos arquitectónicos dañados tras el sismo del 19 de septiembre, la mayoría de los cuales se encuentran en los 12 municipios declarados zona de desastre. Entre ellos están la iglesia de Ecatzingo, y El Calvario, que data del siglo XIX, en Joquicingo.
“El patrimonio se vio afectado de manera severa; nunca antes habíamos tenido un sismo tan intenso como el del 19 de septiembre, y ahora registramos estos daños porque el epicentro lo tuvimos muy cerca, en Morelos”.
Reitera que la prioridad del gobernador del Estado de México es rescatar el patrimonio sin demolerlo, por lo que lo principal es restaurar las edificaciones históricas, siempre y cuando no pongan en riesgo la vida de las personas.
Lo que se ha evaluado hasta ahora, junto con el INAH, son afectaciones menores, por lo que muchos inmuebles se podrán restaurar: “El gobernador nos ha dado la instrucción de preservar todo lo que es nuestra historia; entonces los lugares que se puedan rescatar los restauraremos, y los que no los vamos a preservar como testimonio de nuestra historia”.