La inusitada fuerza con que Harvey golpeó el territorio estadunidense convirtió las calles de Texas en una devastada réplica de Venecia, cobró la vida de varias personas y provocó más de 30 mil damnificados.
Pero un roble milenario se mantuvo estoico, soportó los resoplidos furiosos del huracán y se convirtió en un símbolo de la resistencia texana.
El “Gran Árbol” -como lo conocen los residentes-, cuyas ramificaciones son obra de la brisa continua que llega desde el Golfo de México, se aferró al suelo del Parque Estatal de Goose Island, en la península de Lamar. Un diámetro promedio de 3.41 metros, 13 de altura y una corona de proporciones imperiales lo convierten en uno de los robles más viejos y fuertes del país.
“No llegas a viejo siendo débil”
Por imponente que luzca, el “Gran Árbol” no es el roble más viejo del país. Ese título pertenece a uno ubicado en el condado de Brazoria.
Desde su perfil de Facebook, la organizaciónde Parques y Vida Salvaje de Texas publicó una foto posterior al paso de ‘Harvey’:
“¡El Gran Árbol de mil años en el Parque Estatal de Goose Island, cerca de Rockport, está bien! Algunos árboles más jóvenes cayeron”, decía el pie de foto.
Para los texanos, la tenacidad del roble es una metáfora de resiliencia. “Sé que es una tontería, pero si él pudo resistir, no importa qué pase, los texanos podemos salir adelante”, escribió una mujer en los comentarios del post.
Y quizá tenga razón, porque este árbol no sólo ha soportado un puñado de huracanes -algunos más devastadores que otros-, también sobrevivió a una guerra civil librada en Lamar.
“No llegas a viejo siendo débil”, remata el comentario al pie de la foto; nunca un sofisma fue tan pertinente.