CIUDAD DE MÉXICO 24 DE AGOSTO DE 2017 (Milenio).- Joumana Haddad es una de las periodistas y escritoras más influyentes en el mundo árabe, pero lograrlo no fue nada sencillo: creció en Líbano, en un tiempo en el que había una guerra civil muy violenta y en una época bastante conservadora para la relación de las mujeres con su entorno. Pero halló en los libros y en la literatura la posibilidad de “conocer al otro y amarlo, incluso antes de encontrarlo.
“Ese amor es uno de los más necesarios y fundamentales para vivir plenamente. Pienso que hay muchas cosas que nos impiden conocer al otro y nos despiertan el miedo en el diferente. Es el conocimiento, la curiosidad que debemos tener de él, lo que nos puede enriquecer la vida y resolver muchos de los problemas que tenemos hoy, porque el miedo es la raíz del mal, el miedo al otro”.
Luego de dictar la conferencia Leer y escribir después de Sherezade, en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, Haddad será una de las protagonistas del encuentro de mediadores de lectura, bibliotecarios y libreros Puebla, capital de lectura, a desarrollarse desde hoy y hasta el 25 de agosto.
“Hay muchos que utilizan ese miedo al otro para dividir a la gente. Y la literatura puede unirla: me ha dado la posibilidad de soñar, de respirar, de conocer lo que siempre quise escribir y ofrecer a los otros. Es de ella de la que quiero hablar en México, porque es un país que sufre, como muchos de los árabes, de discriminación y racismo, de la mirada condescendiente de Occidente”.
Autora de títulos como Yo maté a Sherezade. Confesiones de una mujer árabe furiosa, Allí donde el río se incendia y El retornode Lilith, Haddad está convencida de que para poder conocer la cultura de los otros tenemos que dirigirnos hacia los libros.
“Allí está la fuente de la imaginación, del conocimiento, del amor, de la tolerancia y de la fuerza que necesitamos para poder hacer la guerra a todos los juicios negativos e injustos con los cuales somos confrontados cada día. Es una sed que debemos cultivar en las nuevas generaciones”, comenta.
Según ella, los jóvenes de hoy leen muy poco, y cuando lo hacen son temas que no necesariamente les ayudan a entender lo que está sucediendo en el mundo y a tener una conciencia fuerte “que los pueda convertir en adultos maduros y conscientes.
“Tenemos que cultivar esa curiosidad de la literatura en las nuevas generaciones, aunque es algo difícil con las invenciones tecnológicas, que son una tentación muy fuerte para los jóvenes, pero creo que es posible”, concluye.