Amado y odiado. Revolucionario para unos, dictador para otros. Así fue el comandante Fidel Castro, a quien para bien y para mal la historia lo recordará como héroe y villano, como libertador y tirano, pero será mito y leyenda.
Vivió 90 años y más de la mitad de su vida fue el líder de la revolución y presidente de Cuba.
Desde estudiante fue un crítico del poder, cuando era estudiante de Derecho participó como activista contra el régimen de Fulgencio Batista que gobernaba la isla.
En Santiago de Cuba organizó una acción armada con un puñado de hombres, el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
Cayó preso y por una amnistía lo liberaron. Llegó a México y formó el grupo Revolucionario 26 de julio (M-26-7).
Llegó a México donde conoció a Arzacio Vanegas Arroyo, un impresor y luchador –Kid Vanegas-, quien lo ayudó a reproducir dos mil copias del “Manifiesto No. 1 al Pueblo Cubano”.
En la Ciudad de Mexico fue el primer encuentro entre Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara el 20 de junio de 1955 en la calle José de Emparán, en la colonia Tacabalera, en el dominio de la cubana María Antonieta González.
El 25 de noviembre de 1956, Fidel Castro y 85 hombres zarparon en el Granma del puerto de Tuxpan, Veracruz, hacia Cuba. El 1 de enero de 1959 triunfó la Revolución Cubano encabezada por Fidel Castro.
Fue el jefe de Estado que más tiempo ejerció el poder en el siglo XXI y que resistió con la Revolución Cubana los embates de 10 presidentes estadunidenses, desde Eisenhower hasta George W. Bush, que nunca se pronunció contra el pueblo norteamericano pero si contra sus gobernantes.
Sobrevivió a distintos atentados para asesinarlo, y los presidentes de Estados Unidos buscaron someterlo con el bloqueo a Cuba.
Organizaciones hostiles al régimen cubano, como Alfa 66 y Omega 7, tienen sede en Miami.
Un hombre que prefería las ideas y las palabras sobre las armas, pero que era capaz de tomar un fusil para defender a su pueblo.
«Que me cortan una mano si alguien encuentra una sola frase dirigida a disminuir al pueblo norteamericano, seríamos una especie de fanáticos ignorantes si fuésemos a echar la culpa al pueblo norteamericano de las diferencias entre ambos gobiernos», dijo en una entrevista.