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jueves, abril 25, 2024

“Cuando le dio cáncer a mi mamá, aprendí a tejer cabello”

Daniel Sandoval es licenciado en derecho, pero también un apasionado de los peinados y de arreglar el cabello.

Por eso, luego de que su mamá fue diagnosticada con cáncer de mama y al ver la caída de su cabello debido a las quimioterapias, decidió hacerle una peluca, con cabello natural y en la cual se tardó ocho días para hacerla.

Aunque su mamá ya fue dada de alta hace seis meses, Daniel desde hace años hace pelucas con el cabello que otras personas le donan. Algunas las vende a un precio menor al de mercado y otras las dona.

Entrevistado por La Silla Rota, explica la importancia que tiene una peluca oncológica para una persona con cáncer, que tiene la piel más delicada, y aprovecha para pedir apoyo del gobierno o de alguna institución especializada en atención a personas con la enfermedad, para tratar de reducir el costo y hacer más, pues hasta ahora el proceso es artesanal y sólo hace entre seis y ocho al mes.

UNA PELUCA NORMAL LASTIMA A PERSONAS CON CÁNCER
Era junio de 2016. Daniel ya sabía que su mami tenía cáncer de mama. Recuerda que el día de su cumpleaños la empezó a peinar y notó cómo se le comenzaba a caer el cabello por la quimioterapia.

“Para mí fue un golpe muy grande y a partir de ahí me puse a la búsqueda de una peluca para mamá, porque una normal puede llegar a lastimar. Fue cuando empecé a buscar una oncológica, que no tuviera costuras, que el cabello fuera natural y aparte que se viera lo más natural posible porque si se está enfrentando a la pérdida de cabello y de pestañas, que se ponga una peluca que no le siente a ella, pues se la iba a terminar quitando”.

Comenzó a tejer cabellos él mismo y a hacer unas puntadas. A base de prueba y error, consultando con su mamá que le decía ‘aquí se te fue una costura’, tardó ocho días en completar la primera, la cual aún conserva y muestra orgulloso.

Parte del desafío de hacer la peluca para su mamá es que tuviera el color que ella traía, ya que una peluca, aunque sea de cabello humano, no tiene la misma caída.

“Es por lo que muchas personas no las usan porque se ve que es peluca, nosotros lo hacemos muy artesanal”.

Al terminarla se la entregó a su mamá y le gustó mucho, pero a veces ella se acaloraba, se la quitaba y en su lugar se ponía el turbante.

“Era otro rollo conseguir turbantes que le gustaran, es que decir ‘tengo cáncer’ es ya decir ‘ya te enfermaste’. Hay que trabajar mucho la mentalidad y la psicología de las personas, por eso es por lo que tienes que hacerlo muy a la medida de la persona”, dice sobre la importancia de la peluca y el turbante.

COMENZÓ A HACER MÁS
Fue a partir de esa primera peluca que Daniel decidió hacer otras como apoyo para gente de bajos recursos. La razón es que es muy elevado su costo de cada una, entre 8 mil y 12 mil pesos en tiendas oncológicas, y él y su equipo la llegan a dar entre 6 mil y 4 mil pesos o para quien menos tiene, las dona. Lo logra en parte gracias a los donativos de cabello. Espera que a futuro sea más económico hacerlo.

Explica que no es necesario donar el cabello tan largo.

“Hay gente que me dice ‘Dani, quiero el cabello corto’, realmente una persona con este problema de la quimioterapia no lo quiere tan largo, entonces si tiene de 25 a 40 o hasta 50 centímetros nos lo quedamos, tejemos la peluca y le decimos a las personas que pague la hechura, ya que el material te lo donaron”.

La peluca se hace con bastidor y a mano. Se tejen de cinco en cinco cabellos, luego lo pasan a través de la máquina de coser, posteriormente se monta en el casco o molde, que debe ser de micropiel porque no puede ir tejido en monturas, debido a que las personas al tener el cuero cabelludo tan sensible pueden resultar lastimadas, explica.

“La hacemos a mano y no hacemos tantas, no sale tan alto el costo. Al ser yo el dueño de la empresa Master Extensions Expert, una sociedad anónima de capital variable y trabajamos muchos, tenemos un taller de maquila y con las personas que nos mandan el cabello”.

Admite que su verdadero negocio son los cursos, talleres, las extensiones y atender a sus clientas.

“Esto no es negocio, pero la gente que lo teje y lo maquila debe de ganar, pero a menor costo, por eso nos ha costado trabajo llegar, pero es mucho dinero el que te estás ahorrando”.

Aunque su mamá ya fue dada de alta, él no tiene previsto abandonar la hechura de las pelucas oncológicas.

“Quiero traer máquinas que puedo traer desde China y ahorita una de mis empleadas está en capacitación de pelucas oncológicas”, agrega.

ALGUNOS MIENTEN SOBRE SU CONDICIÓN
Daniel explica que algunas personas han tratado de aprovecharse de su trabajo y con tal de conseguir una peluca, han llegado a mentir sobre su condición.

“Se ha vuelto complejo porque la gente no siempre es honesta, entonces con tal de ganar un premio se inventan una historia, me he metido en problemas, resulta que no era y ya me reclamó la que sí tenía cáncer, entonces he pausado a veces.

“Hace tres meses regalamos unas extensiones y vimos que el certificado estaba como adulterado, ya la persona la tenía puesta, ya no podíamos hacer nada, por eso nos hemos dedicado a ser meticulosos con el tema”, continúa.

A veces resulta incómodo el proceso, y como él estuvo atento al cáncer de su mamá, estuvo atento y tiene nociones de las características de la enfermedad.

“A mí cuando me marcan y me dicen tengo cáncer de seno, es algo que domino, no soy médico, pero viví el proceso de mamá, les empiezo a preguntar y me cuelgan o hacen sus anticipos, quieren su peluca así, dicen es que ya me dio cáncer, y empiezo con el sondeo y veo que no es verdad, hay gente buena y mala”, concluye.

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