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jueves, marzo 28, 2024

Echeverría cumple 100 años de edad. “El genocida más longevo del siglo”

NOTA DEL EDITOR: Material publicado originalmente el 17 de enero de 2022

Luis Echeverría cumple 100 años este 17 de enero. El expresidente, cuya última aparición pública fue el 16 de abril de 2021, cuando fue a vacunarse al Estadio Olímpico Universitario contra la covid-19, será recordado por estar vinculado a las masacres estudiantiles del 2 de octubre de 1968, el Halconazo del 10 de junio de 1971, la Guerra Sucia o de baja intensidad contra los grupos guerrilleros de los 70 y la represión a otros movimientos sociales.

Debido a la pandemia de covid-19, el expresidente festeja este lunes su cumpleaños número 100 con un homenaje vía Zoom con excolaboradores desde su domicilio en Cuernavaca, reunión que moderan sus hijos María Esther Echeverría Zuno, Maricarmen, Adolfo, Benito y Pablo.

El exmandatario, a quien se le abrió un proceso por los hechos del 2 de octubre y el Halconazo, en 2006, a partir de investigaciones de la Fiscalía Especializada en Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), fue exonerado en 2009.

Pero aún tiene pendientes con la justicia, dijo David Cabañas, medio hermano del guerrillero Lucio Cabañas. Para el también exintegrante del Partido de los Pobres, el ex presidente de México “es un genocida”.

Afirma que Echeverría, quien gobernó México de 1970 a 1976, firmó una orden para que la familia Cabañas fuera exterminada. Para reforzar su argumento, da una cifra escalofriante: 152 familiares suyos son los que suman entre desaparecidos o asesinados en los años 70.

El historiador Fritz Glockner consignó la frase en su libro Los años heridos. La Guerrilla en México (1968-1985).Entrevistado por La Silla Rota, explica que, en 1997, entrevistó a Echeverría para el libro, le preguntó si el Estado mexicano no se había visto amenazado en agosto de 1974, cuando por un lado estaba secuestrado en la sierra guerrerense Rubén Figueroa y, en Guadalajara, su suegro Guadalupe Zuno.

– Claro que no –le respondió Echeverría. Y se soltó.

–Con el secuestro de mi amigo Rubén Figueroa la familia quería pagar 50 millones, les dije que no había que pagar ni un peso, ´no voy a liberar a ningún otro preso´, como había pasado con los otros secuestros, y entonces organicé y mandé al Ejército a romperle la madre a Lucio Cabañas –continuó el expresidente.

En ese momento, Glockner supo que la larga charla con quien considera “es un genocida”, había valido la pena.

“Pensé que me permite comprobar que en México se aplicó una guerra de baja intensidad, no una guerra sucia, no una guerra limpia, y cuando el jefe supremo de las fuerzas armadas decide enviar a la tropa en busca de ir aniquilar a un campesino armado, está buscando la guerra”.

Antonia Morales, familiar de los Cabañas, va más lejos. Aseguró a La Silla Rota que cuando se hicieron las investigaciones de la Fiscalía, ella vio el documento donde Echeverría autorizó exterminar a Cabañas y a sus familiares. Pero no se lo facilitaron para sacarle una copia, y no había teléfono celular para obtener una imagen.

La historiadora Adela Cedillo, quien lleva años investigando a Echeverría, afirmó que él estuvo al tanto de los actos represivos, sino es que los autorizó, desde los movimientos sociales de 1968, cuando llegó a Gobernación como subsecretario, hasta 1976, cuando dejó la presidencia.

ASÍ FUE EL INFORME
El 10 de septiembre de 1974, dos días después de que Figueroa fue liberado por militares, Hermenegildo Cuenca Díaz, secretario de la Defensa, envió al presidente Luis Echeverría una misiva en la cual le informó sobre las acciones posteriores al rescate de Figueroa.

“Ordené al Mando Territorial continúe las operaciones hasta lograr la captura o exterminio del resto de los gavilleros, informando a esta secretaría sobre el particular”.

En las notas enviadas por los miembros del Ejército a sus mandos superiores se muestra también el mismo talante de la lucha contra la guerrilla. Por ejemplo, la fechada el 7 de septiembre, un día antes de la liberación de Figueroa, elaborada por la subjefatura de servicios.

“Las patrullas Martín y Vicente al mando del comandante del 27/o B.I. se destacaron hacia el área del objetivo con la misión de buscar y destruir al grupo de gavilleros y rescatar a las personas secuestradas”, se lee en la nota.

Al mismo tiempo dan cuenta de algunos detalles de las maniobras del Ejército, al señalar la preparación de “emboscadas”, como parte de operativos basados en “datos proporcionados por paquetes (s i c ) ” .

Ahora que Echeverría va a cumplir 100 años, reconoció un logro más del expresidente. “Estamos hablando del genocida más longevo del mundo”, asegura.

SE DESLINDA Y CULPA A DÍAZ ORDAZ
Quien fue secretario de Gobernación durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, administración donde ocurrió la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, está marcado por ese suceso histórico, del que en entrevistas se ha deslindado y ha responsabilizado a su entonces jefe.

–La verdadera historia es que el presidente ordenó que fuera el Ejército. El presidente lo ordena, simplificando las cosas. Y que ahí comenzó la balacera, porque hubo un balazo al comandante militar que estaba ahí. Simplemente. No se iban a mover tanques sin orden presidencial. Así, fue, desgraciadamente así –le dijo en entrevista a Irma Rosa Martínez para El Universal, en 1998.

Pero Echeverría, como presidente, tuvo en su gobierno su propia masacre estudiantil, con el Halconazo del 10 de junio de 1971, en San Cosme, por la que cesó al entonces regente de la Ciudad y al jefe de la policía capitalina, Alfonso Martínez Domínguez y Alfonso Corona del Rosal, respectivamente. Y aunque prometió una investigación, nunca se supo de sus resultados. Responsabilizó a ambos funcionarios de las agresiones que “Halcones”, grupo paramilitar que, armados katana en mano y otros con pistola, arremetieron contra estudiantes del Politécnico.

Durante la gestión del entonces mandatario, cuyo lema era “arriba y adelante” se desarrollaron las acciones más violentas de diferentes grupos guerrilleros en México, con robos a bancos y secuestros a empresarios, e incluso un intento terminó en el asesinato de Eugenio Garza Sada, en Nuevo León.

Pintas frente a casa de Luis Echeverría en las protestas por 50 años del Halconazo. (Foto: Cuartoscuro)

La respuesta de su gobierno a los grupos subversivos fue el uso del Ejército, que arrasó poblaciones en Guerrero y otros estados y asesinó, desapareció o torturó a cientos de personas. En su gobierno cayeron abatidos por balas del Ejército los líderes guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, pero no fueron los únicos.

En contraste, su gobierno dio ante el exterior una imagen de apertura, al recibir a exiliados de Chile que huían del país andino, luego del derrocamiento de Salvador Allende y el nacimiento de la dictadura del general Augusto Pinochet.

OTROS CONFLICTOS
El sexenio echeverrista se recordará por el enorme reparto agrario que consiguió: 2 millones de hectáreas. Pero también por las invasiones de tierras, que al ser desalojadas en algunos casos no tuvieron un final feliz. En San Ignacio Río Muerto, en el Valle de Guaymas, Sonora, en 1975, mil 500 personas invadieron un predio, y ante la demanda de despojo que interpusieron sus dueños, se les otorgó una orden de desalojo.

El operativo se le encargó al Ejército y a la policía del estado, gobernada entonces por Carlos Armando Biebrich. Hubo resistencia de los invasores y el desalojo acabó de manera violenta con un saldo de 7 muertos y la renuncia del mandatario estatal.

En materia económica, Echeverría tuvo enfrentamientos con empresarios, uno de ellos derivado por el aumento al salario mínimo, que de todos modos fue inferior a la inflación. Durante el último año de su gestión como presidente hubo una devaluación del peso frente al dólar, además del aumento abrupto de la inflación que en su sexto año de gobierno se incrementó a 27.2 %.

En el ocaso de su poder se registró el golpe a Excélsior, realizada por cooperativistas inconformes, pero orquestado desde Presidencia. Significó la salida de, periodista Julio Scherer y su equipo.

Una marca de la personalidad de Echeverría eran sus largos discursos y el uso de guayabera en actos formales. Tuvo acercamientos con Salvador Allende y Fidel Castro, cuando el comandante gobernaba con mano de hierro Cuba.

SECRETARIO EN LA ONU
Al terminar su presidencia, rompió con la tradición de los expresidentes de mantenerse al margen y quiso mantener su influencia política, por lo que su sucesor, el ex secretario de Hacienda y amigo personal, José López Portillo, lo envió como embajador ante la Unesco, luego ante Australia y Nueva Zelanda, con lo que su influencia política menguó.

También soñó con ser secretario general de la ONU, pero no contó con el apoyo de Estados Unidos y hasta ahí llegó su ilusión. Con un discurso antiimperialista, hubo quienes lo candidatearon para el Premio Nobel de la Paz, pero sólo fue un artificio.

De acuerdo con especialistas, tanto el gobierno de Echeverría como el de López Portillo significaron el fin del periodo conocido como el del Desarrollo Estabilizador y abrieron la puerta a sucesivas y severas crisis económicas con el aumento de la inflación y devaluaciones, que pegaron al bolsillo de amplios sectores de los mexicanos.

Ave de las tempestades políticas, todavía en 1994, a unas horas de la muerte del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, asesinado a balazos en Lomas Taurinas, Tijuana, Echeverría se presentó en la oficina del entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari, a quien le dio el pésame.

–A continuación, de inmediato, propone que el candidato debía ser alguien que no hubiera tenido nada que ver con Colosio y propone a Emilio Gamboa [entonces secretario de Comunicaciones y Transportes]. Esto me extraño notablemente, porque entonces no sabía que Gamboa y Echeverría tuvieran una relación así –le contó Salinas de Gortari a Jorge Castañeda, en su libro La herencia.

Incluso, a través de Augusto Gómez Villanueva, quien fue colaborador suyo en su gobierno, “ya había empezado a recolectar firmas y a mover grupos a favor del presidente [del PRI, Fernando] Ortiz Arana, sin conocimiento de él”, continuó Salinas su recuerdo sobre la aparición de Echeverría.

Éste, por su parte, reconoció a Castañeda, que fue a dar el pésame, pero negó haber intentado candidatear a Gamboa. –No habría tenido la ingenuidad de recomendar un candidato. Algo sí sé de esto –fue la versión del expresidente.

INDAGADO Y LUEGO AL OSTRACISMO
Durante el sexenio del panista Vicente Fox, como parte de los trabajos de investigación de la Femospp, su nombre apareció como uno de los responsables por la masacre estudiantil de 1968, por lo cual, en 2005, el Segundo Tribunal Unitario de Circuito giró una orden de aprehensión que por su edad se convirtió en un arresto domiciliario en su casa de San Jerónimo. Pero quedó desactivada en 2009 por el Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal, que lo exoneró.

Luego de eso el expresidente se mantuvo en el ostracismo. En marzo de 2019, la revista Proceso reveló que vivía en su casa de San Jerónimo, casi en el abandono, por su familia. En mayo de 2020 se supo que su hijo Álvaro Echeverría Zuno se suicidó en Cuernavaca, y dejó una carta póstuma.

El 16 de abril del año pasado, a sus 99 años fue vacunado contra la covid19, en la sede del estadio Olímpico Universitario, en Ciudad Universitaria, la misma que fue tomada en 1968 por el Ejército, cuando él era secretario de Gobernación.

La misma que como presidente visitó el 14 de marzo de 1975, específicamente al auditorio de la Facultad de Medicina, donde los estudiantes lo recibieron con improperios y gritos de “asesino” e “hijo de la chingada” y hasta alguien aventó una pedrada que se estrelló en su frente, por la cual debió salir inmediatamente, en una operación encabezada por el entonces capitán Jorge Carrillo Olea, de acuerdo con lo consignado en el libro Los presidentes, de Julio Scherer.

Ese día los estudiantes no habían olvidado el 2 de octubre de 1968 ni el 10 de junio de 1971. 46 años después, regresó a Ciudad Universitaria, para vacunarse. Ahí se le vio, en la antesala de cumplir el siglo de vida, en silla de ruedas, cubierto con cubrebocas negro, careta y sombrero de palma.

PUDO NO SER PRESIDENTE… PERO LO FUE
Nacido en la Ciudad de México, en 1922, egresado de la Escuela Nacional de Jurisprudencia de la UNAM, Echeverría se casó con María Esther Zuno, hija del ex gobernador de Jalisco, José Guadalupe Zuno Arce. Ambos procrearon 8 hijos.

Antes de llegar a ser funcionario federal, Echeverría trabajó en el PRI nacional, y fue secretario de Prensa en la dirigencia nacional del general Rodolfo Sánchez Taboada, quien formó parte del grupo de militares que en 1919 asesinaron a Emiliano Zapata en Chinameca, recordó Fritz Glockner.

Echeverría llegó, en 1958, a la Secretaría de Gobernación, al inicio del sexenio de Adolfo López Mateos, donde fue subsecretario de Gobernación, mientras que Díaz Ordaz encabezaba la dependencia. Cuando Díaz Ordaz saltó a la presidencia, en 1964, designó a Echeverría como su sucesor en el Palacio de Covián.

Antes de convertirse en candidato a la presidencia, Echeverría no había contendido por ningún cargo de representación popular. Fue el último secretario de Gobernación que se convirtió en primer mandatario.

Llegó a la presidencia en 1970, a los 48 años. Como candidato causó la furia de Díaz Ordaz, cuando en una visita a la Universidad Nicolaíta de Michoacán, pidió un minuto de silencio para los estudiantes masacrados el 2 de octubre.

El hecho casi le costó la candidatura. Causó también la molestia del secretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán, según se refiere en el libro El partido de la revolución, Institución y conflicto (1928-1999), compilado por Miguel González Compeán y Leonardo Lomelí. Obtener el triunfo en las urnas no fue complicado. Eran los tiempos del carro completo para el priismo.

HURTA BANDERAS IDEOLÓGICAS
Aunque al llegar a la presidencia Echeverría se rodeó de jóvenes en su gabinete y abrazó un discurso de corte izquierdista, en realidad nunca había sido partidario de dicha ideología, y lo hizo para robarle sus banderas a los jóvenes inconformes, algunos ya organizados en grupos guerrilleros.

Así lo consideró la investigadora de la Universidad de Houston, Adela Cedillo, quien ha dedicado años a investigar al expresidente. Cuando supo que fue vacunado en CU, le envió una carta para reclamarle, entre otros temas, su papel en la guerra sucia y las víctimas que dejó y que aún padecen las secuelas de aquella época.

Cedillo recordó a La Silla Rota que en los 12 años que Echeverría estuvo en Gobernación, tuvo posibilidad de conocer los movimientos sociales y a sus protagonistas, que fueron reprimidos, como el de los ferrocarrileros o el de los estudiantes. Esos conocimientos también los utilizó durante su sexenio, en contra de los grupos guerrilleros.

“Decía que el enemigo es Estados Unidos, pero siempre colaboró con ellos, crea una plataforma funcional a nivel internacional y hace una guerra interna, se presenta como paladín de una tercera vía, apoya a los exiliados. Incluso desde Díaz Ordaz empezaron a recibir gente de otros países”.

Glockner por su parte recordó que, durante esa guerra de baja intensidad, en México se practicó el primer vuelo de la muerte en América Latina, en 1972. Estos vuelos consistían en arrojar a guerrilleros vivos al mar desde una aeronave.

POLÍTICA ECONÓMICA DESORDENADA
Al expresidente Luis Echeverría se le recordará por haber recuperado el papel del Estado mexicano como rector y actor preponderante del desarrollo económico, al comprar empresas, invertir en otras, crear nuevas e incluso competir con el sector privado, dijo por su parte el autor del libro Historia mínima del PRI, Rogelio Hernández Rodríguez.

Otra política más que puso en práctica y que su sucesor José López Portillo siguió, fue la de destinar un gasto publico excesivo básicamente a lo social.

Dicha crisis ocurrida durante su gobierno, y la detonada en la administración de López Portillo –que pasó de cuestionarse cómo administrar la abundancia a una devaluación y a nacionalizar la banca para impedir la fuga de capitales– llevó a que ambos expresidentes fueran señalados por el desplome de la economía mexicana. También aplanaron el camino para la llegada de los tecnócratas.

“A veces en los juicios sumarios parece que la tecnocracia llegó de la nada, pero fue después de las crisis económicas en que terminaron los gobiernos de ambos”, puntualizó el académico de El Colegio de México.

El también colaborador en la obra editorial Una historia contemporánea de México, compilada por Lorenzo Meyer e Ilán Bizberg, a pregunta expresa se refirió a las comparaciones que algunos hacen entre López Obrador y Echeverría.

“Tiene un enorme sentido, no tanto porque exceda el gasto público, que fue el principal tema económico de Echeverria, sabemos que López Obrador ha sido bastante controlado pero la comparación fundamental, en su caso, es como López Obrador está subrayando el papel del gasto social y público para según él, compensar al pueblo, cualquier cosa que esto signifique”.

ECHEVERRÍA, EL CANDIDATO
De secretario de Gobernación a candidato y luego presidente, Echeverría sufrió una transmutación. En la dependencia era callado y servicial, atento a cualquier hora a las órdenes de su jefe, el presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien le contó a Scherer que un día lo invitó a jugar golf, temprano y llegó al amanecer, relató el periodista en el libro Los presidentes.

Pero, ya como candidato, llevó una campaña bastante exhaustiva y se demostró que era un hombre con una particular verborrea, capaz de dar discursos extensos, recordó Ricardo Pérez Montfort, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y quien da el curso “México Contemporáneo”.

En el gobierno echeverrista también hubo espacio para lo folclórico y la proyección de la cultura mexicana, dijo el académico universitario.

“En términos culturales se vive una especie de efervescencia, siempre controlada por el Estado. Es una administración bastante contradictoria. El balance es, en el uso general del siglo 20 mexicano, una vuelta de tuerca, pero no necesariamente positiva. Apuntala la represión, el dominio de la economía por la presidencia y un régimen muy presidencialista”, expresó Pérez Montfort.

El experto en sistema político mexicano, Rogelio Hernández Rodríguez recordó que luego de dejar de ser presidente, Echeverría aún quiso intervenir en política, como el Maximato que en su momento ejerció Plutarco Elías Calles.

El intento de intervencionismo de Echeverría como expresidente está consignado en el libro El partido de la revolución, que describe que, en febrero de 1980, estando en México, políticos que buscaban ser candidatos a gobernadores, lo visitaban en su casa de San Jerónimo.

Incluso, el tema fue preguntado al entonces dirigente del PRI nacional, Gustavo Carvajal, quien le dijo a un reportero de El Universal que dichos personajes no por haber recibido “el beso del diablo” serían escogidos. La frase causó la molestia de López Portillo, quien reprendió a Carvajal, por considerar que se hacía víctima al expresidente y se vulneraba el PRI.

Pero el asunto se zanjó con un mensaje contundente enviado a Echeverría, mediante un cartón publicado en la revista Siempre!. En él aparecía Carvajal que abrazaba un balón de futbol, mientras el exmandatario buscaba afanosamente patearlo.

CRECIÓ EL NARCO
De acuerdo con notas periodísticas, fue en ese sexenio cuando fue atrapado el narcotraficante Alberto Sicilia Falcón, en julio de 1975, trasladado al penal de Lecumberri –ahora Archivo General de la Nación– y quien se fugó a través de un túnel que mandó construir, en abril de 1976.

Adela Cedillo recordó que en la administración echeverrista la amapola mexicana se convirtió en un “súper negocio” que desplazó a la que venía de Turquía. Citó datos de la DEA, los cuales establecían que para 1975 México exportaba el 70 % de la heroína que se consumía en Estados Unidos.

De acuerdo con una nota de El País, en diciembre de 1989, Rubén Zuno Arce, cuñado de Echeverría fue procesado en Estados Unidos por presuntamente participar en el plan para secuestrar y asesinar al agente de la DEA, Enrique Camarena, en 1985. Diversas notas periodísticas también dan cuenta de señalamientos de que fue socio de los narcotraficantes Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca.

Cedillo recordó que en el sexenio echeverrista el aparato de seguridad, la Dirección Federal de Seguridad y el Ejército empezaron a cobrarle a los narcos el permiso para ejercer la actividad.

La historiadora, egresada de la UNAM, agregó que México también participó en la Operación Cóndor, organizada por Estados Unidos bajo la fachada de combate al narcotráfico, pero que sirvió para la detección y combate de grupos subversivos en América Latina. En el caso mexicano, quien estuvo a cargo fue Alejandro Gertz Manero, ahora fiscal General de la República, precisó.

A unos días de que Echeverría cumpla 100 años, Cabañas lamenta que Echeverría no haya sido enjuiciado por lo que considera crímenes de lesa humanidad cometidos durante su gobierno, que dejaron muertos y desaparecidos en el país, 400 de Atoyac, 700 de Guerrero.

VERSIONES ENCONTRADAS
El pasado 10 de junio de 2021, se cumplieron 50 años del Halconazo. En un evento conmemorativo el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, recordó el hecho y el papel de Luis Echeverría.

La página luisecheverria.com muestra datos biográficos del expresidente, las leyes aprobadas en su sexenio, las condecoraciones que recibió, sus acciones sobresalientes, incluso una entrevista con el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon –quien debió renunciar a su investidura por el escándalo Watergate– también incluye un apartado sobre el proceso de resolución del juicio contra él, en relación al movimiento del 2 de octubre.

“A pesar de que el presidente Gustavo Díaz Ordaz reconoció ser el responsable de los hechos del 2 de octubre de 1968 de Tlatelolco, el 2 de julio de 2002 la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, por instrucciones del presidente de México, Vicente Fox Quesada, acusó al Lic. Luis Echeverría Álvarez. El poder judicial federal ordenó su enjuiciamiento y el 27 de marzo de 2009, por la defensa de su abogado Juan Velásquez, se ordenó su libertad por la inexistencia absoluta de pruebas”.

Es todo lo que se menciona al respecto.

 

acz

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