El Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa abre sus puertas a un insólito diálogo artístico en Lisboa, pues confronta los apóstoles de Francisco de Zurbarán con los pintados recientemente por José María Cano. El ex componente del trío Mecano vive volcado en la pintura y, precisamente, reside ahora en la capital portuguesa, donde adquirió un palacete por 2,5 millones de euros en la zona de Sao Vicente de Fora, en el castizo barrio de la Alfama.
Quien fue compañero de su hermano Nacho y de Ana Torroja rinde culto así a uno de los pintores que más le han influido, especialmente porque su misticismo creciente (salpicado de una aureola zen) se hunde en esas raíces. Zurbarán firmó en su día el retrato de San Pedro y el resto se realizó en su taller alrededor de 1633. Desde 1913, las piezas forman parte de la colección permanente del Museo Nacional de Arte Antiguo. Un conjunto que representa el espejo en el que se ha mirado el mayor de los Cano, al borde de los 61 años, para plasmar su propia serie.
Por eso, la exposición, que podrá verse hasta el 12 de enero, se titula «Apóstoles. Pies en la Tierra y ojos en el cielo». Compositor de la ópera «Luna», José María Cano se ha detenido en este legado porque considera que se articula como un referente moral y espiritual en los tiempos de zozobra que corren. Al menos así lo ha valorado él desde que inició su proceso de creación cuatro años atrás.
Rosa Martínez, la comisaria
La inauguración de la singular muestra tuvo lugar en el SDMA de la ciudad norteamericana de San Diego, donde acaba de cerrar sus puertas para desembarcar por primera vez en Europa. Ejerce como comisaria Rosa Martínez, ex directora de la Bienal de Venecia y que llega a Lisboa después de presentar la exposición «En el nombre del padre» en el Museo Picasso de Barcelona.
Casi 400 años separan el trabajo de Zurbarán y su entorno del facturado por José María Cano, que ahora inunda la sala 58 de la pinacoteca portuguesa. Las pinturas del ex baluarte del pop español se materializan en encáustica, una técnica que utiliza la cera como aglutinante de los pigmentos. La puesta de largo en Lisboa transcurre hoy bajo el paraguas de la embajada de España en Portugal. En esta ciudad fue donde conoció el proyecto Roxana Velázquez, directora del museo californiano que se anticipó en su itinerario internacional.
«Cano es, como sabemos, un gran artista, tiene una sensibilidad extrema. Y no podemos olvidar que es también un gran teórico», declaró meses atrás la responsable del centro de San Diego, después de haber viajado a Lisboa con intención de ir organizando la muestra. El anteriormente conocido como músico exhibe así por primera vez su faceta pictórica en la cuna del fado, de la cual se enamoró por su belleza y su apelación a la melancolía y a la espiritualidad.